lunes, 23 de noviembre de 2009

Aro iris: primera rueda de la medicina

Por Juliana González, de su libro "Entre mundos hermanos"

"Estamos convencidos de que el mundo está necesitando de balance, de abrirse nuevamente a los senderos del espacio que conducen a seres excelsos y sagrados, de restituir en la madre Tierra el lugar que le corresponde al aspecto femenino divino, para lograr el balance entre los géneros -lo que todavía está dominado por la fijación en el aspecto patriarcal masculino, con el desbalance resultante-.
El balance era lo que originalmente regía la manera de ser y de estar de la gente de la isla Tortuga, por lo que siempre buscaban el centro en todas las cosas, honrando todas las relaciones, practicando la inclusión, respetando todas las formas de vida por éstas ser intrínsecamente merecedoras de respeto, viendo el valor medicinal en todo y asegurando que todo estuviera en círculo o que fuera restituido a éste, sin jerarquías o distinciones.
De acuerdo con nuestra tradición, creemos que para sanar a la madre Tierra el masculino y el femenino deben ser balanceados y reconocer que todos los seres humanos sólo tienen diferencias como medios para encontrar parecidos y llegar a acuerdos".

JIM PATHFINDER EWUING, abuelo indígena norteamericano

De acuerdo con el pensamiento de muchos sabedores indígenas de América, el origen de la violencia en la humanidad se debe en gran parte al desbalance existente entre la energía femenina y la energía masculina. La relación entre Occidente y las culturas indígenas, por ejemplo, surge de una relación desequilibrada. Occidente, que suele ser una cultura predominantemente masculina, invade a las culturas indígenas, de naturaleza esencialmente femenina. Este hecho origina violencia. De allí el llamado de los abuelos a reconectarnos con la madre Tierra, que es la encarnación más fiel de la energía femenina. Sólo así podremos equilibrar la balanza y hallar la paz.
Le he preguntado a lo largo de la investigación a muchos indígenas y mestizos si creen posible que en un futuro alcancemos la paz y la reconciliación entre el indio y el blanco. Me he encontrado con que muchas personas en Colombia contemplan el porvenir de esta relación con escepticismo, preocupación y desesperanza. Hay, al parecer, demasiadas heridas que nos separan. Sin embargo, por fortuna también hay sueños que nos unen. Ha sido un alivio hallar uno de esos sueños.
En un mambeadero oí hablar a un niqui que en la tradición de los indígenas norteamericanos existía una profecía denominada la profecía del arco iris, según la cual todas las culturas del planeta se unirán en torno a un mismo propósito, pero conservando cada una de ellas su propia identidad, al igual que en el arco iris cada franja de color mantiene su propio tono, pero a su vez está unida a franjas de otros colores, formando en conjunto con ellas un solo arco.

La profecía más difundida al respecto es la de los indígenas hopi, explicó mi amigo en el mambeadero. Los hopi dicen que "cuando la madre Tierra esté enferma y los animales estén desapareciendo, entonces llegará una tribu con gente de todas las culturas que creerán en hechos y no en palabras y ayudarán a restaurar la antigua belleza de la Tierra. Ellos serán conocidos como los guerreros del arco iris". En la actualidad, en todo el mundo existe el movimiento arco iris, que se sustenta en esta profecía y que lucha por tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, todo grupo que se interese en la ecología, en la espiritualidad y desee construir un mundo más armónico, simbólicamente es considerado un guerrero del arco iris.

Le pedí a mi amigo más información sobre esta profecía. Él me prestó un libro sobre la aplicación curativa de los cristales que mencionaba el tema. En sus páginas conocí que la forma natural del arco iris, según las culturas ancestrales, es la forma circular. El arco iris que se completa por debajo de la tierra es el modo en que "el Gran Espíritu limpia y energetiza tanto espíritu como materia. Es la rueda primaria de la medicina, un circuito curativo que une y reequilibra las polaridades ectromagnéticas masculina (padre Cielo) y femenina (madre Tierra) para el globo viviente, su ambiente y todos sus habitantes. De acuerdo con la palabra de un gran chamán de la tribu Nez Perce, "recorrer el sendero del arco iris (la vía india de la sabiduría) es caminar en equilibrio armónico con sus colores, uniendo y compartiendo amor, paz y agradecimiento con todos los otros seres del arco iris".

La profecía del arco iris significa la promesa de paz entre todas las culturas.

"El creador -dice un abuelo americano- creó los diferentes colores para que pudiéramos apreciar el signo que encierra el arco iris. Éste es un gran principio: que al igual que sólo unidos los diferentes colores hacen un arco iris, en la diversidad está la fuerza.
Por eso, con el desequilibrio provocado por la destrucción de nuestras tierras y de nuestras fuentes de agua, de nuestras culturas, de nuestros pueblos, en fin, de la gente de todos los lados, indiscriminadamente, la madre Tierra no puede continuar sosteniendo la vida.
Las grandes profecías, como la de los maya, de los hopi y de muchos otros pueblos ancestrales, predijeron este tiempo -denominado por los mayas como el tiempo del quinto Sol- en el que los habitantes del planeta deberán aceptar la necesidad de restituirle el balance a la madre Tierra tomando el camino de la sanación o enfrentar una destrucción terrible. Los temblores, los huracanes y las tormentas que están ocurriendo son muestras de un planeta desequilibrado, lo que está provocando que el poder del Sol central haga que nuestra estrella, el Sol que nos alumbra, transmita poderosas energías que acelerarán este cambio".

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